Cómo convertir propósitos en hechos
Nuestra entrenadora personal Sara Tabares te cuenta en Cadena SER cómo conseguir tus propósitos. La falta de motivación es una […]

Nuestra entrenadora personal Sara Tabares te cuenta en Cadena SER cómo conseguir tus propósitos. La falta de motivación es una de las causas por las que las personas no logran lo que se proponen ante el comienzo de un nuevo año.
Llevar una vida más saludable, perder esos kilos de más, dejar de fumar, ir al gimnasio o aprender un nuevo idioma son algunos de los objetivos que muchos se marcan de cara a una etapa. Muchos de ellos, cuando pasa un tiempo, caen en el olvido, no se cumplen porque «son poco ilusionantes, no tienen mucho sentido para uno mismo. Una persona los hace casi por obligación. Detrás de ellos no suele haber un plan de acción, es decir, la persona no se ha preparado para conseguir su propia meta. Los propósitos deben responder a un objetivo ilusionante, valioso para uno mismo, que le de sentido a su vida y contribuya a mejorar su propio bienestar personal o emocional», afirma José Carrascosa, psicólogo y director de sabercompetir.com.
Comienza el año y con él los nuevos propósitos… Hace poco una mujer, preocupada por el estado de salud de su marido, me llamó para comentarme que quería regalarle un plan de entrenamiento. La pregunté si él quería realmente hacer ejercicio. Ella me contestó: Se lo ha propuesto, otra cosa es que lo consiga.
Hay de todo: Desde llevar una vida más saludable, perder esos kilos de más o aprender un nuevo idioma. Todos son objetivos que se plantean ante etapas que comienzan. Si los tenemos claros… ¿Por qué los abandonamos? «Son poco ilusionantes, no tienen mucho sentido para uno mismo. Una persona los hace casi por obligación. Detrás de ellos no suele haber un plan de acción, es decir, la persona no se ha preparado para conseguir su propia meta. Los propósitos deben responder a un objetivo ilusionante, valioso para uno mismo, que le de sentido a su vida y contribuya a mejorar su propio bienestar personal o emocional», afirma José Carrascosa, psicólogo y director de sabercompetir.com.
Un ejemplo sería dejar de fumar. «No es ilusionante. Supone sacrificio, renuncia, obligación. Nadie está predispuesto a pasar por ahí fácilmente. El propósito debe ser ilusionante. Por ejemplo, si decides ponerte en forma, dejar de fumar cobra sentido», explica Carrascosa.
Si queremos conseguir algo, el reto no debe plantearse de forma negativa. Además, «detrás de un propósito tiene que haber un plan de acción claro y concreto. Por ejemplo, si decides ponerte en forma debes elegir qué actividad física quieres realizar, prevenir el tiempo que te cuesta ir al gimnasio, programarlo, meterlo en tu agenda para cumplirlo», admite nuestro experto. Ese plan de acción tenemos que plantearlo de forma diaria. «Ir al gimnasio mañana es fácil. Ponerte en forma parece mucho más complicado. Por tanto, el objetivo será ir mañana. En cuanto lo consiga, el siguiente objetivo será ir mañana y el siguiente… Volver a ir. El objetivo lo revalidas un día detrás de otro», admiten desde sabercompetir.com.
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Fuente del contenido:
Sara Tabares, Directora Deportiva y entrenadora personal de Performa. (Graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (Col. COLEFCV n.º 62.850), Licenciada en Periodismo y Doctorando en Ciencias de la Salud)