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Consejos para padres de niños deportistas

Si alguna vez has acudido a ver una competición infantil, ya sea un partido de fútbol o una carrera de […]

Consejos para padres de niños deportistas

Si alguna vez has acudido a ver una competición infantil, ya sea un partido de fútbol o una carrera de karts, habrás observado el comportamiento exagerado, abusivo e incluso avasallador que tienen algunos padres hacia los rivales pero también hacia sus propios hijos cuando éstos no se comportan como a ellos les gustaría. Conozco el caso de un chaval piloto de karting, con un futuro muy prometedor, que tuvo que ser tratado por depresión, llegando a tener pánico a los coches, debido a la presión abusiva de su padre y al miedo a decepcionarle. ¿Tendrá este niño un complejo que le condicione el resto de su vida? Nadie lo sabe.

Desde un punto meramente atlético, dejando a un lado los condicionantes psicológicos, confío ciegamente en la especialización tardía de los jóvenes. Entiendo que el mejor camino es crear atletas, no futbolistas, tenistas o pilotos que pueden llegar a viciar el comportamiento de un niño. Llegada la edad en que el niño ya se puede considerar un atleta, habiendo desarrollado las herramientas necesarias para practicar cualquier deporte, deberíamos dejarle decidir.

La más alta competición nos ofrece claros ejemplos al respecto. Entre los casos más reconocibles tenemos a Michael Jordan que era un gran jugador de baseball y golf, Rafael Nadal tiene un handicap de alrededor de 7 jugando a golf, y Fernando Alonso es mejor jugador de fútbol de lo que pensamos, por no hablar de la cantidad de deportistas líderes en sus respectivos deportes que son verdaderos cracks en otros deportes minoritarios pero que, debido a su gran rendimiento profesional, pasan desapercibidos. ¿Significa esto que han nacido con la genética adecuada para el rendimiento atlético? En parte si, pero sin la práctica no se adquiere la maestría que muchos de ellos demuestran.

También tenemos el caso de cuantos hijos de grandes deportistas, que saben qué necesita un niño para desarrollarse como atleta porque lo han vivido. Llegan a la élite en el mismo deporte que practicó su padre o en cualquier otro. Thiago Alcántara es hijo del mítico Mazinho, pero se rumorea que su hermano pequeño es todavía mejor. El hermano de Pedro León es Luis León Sánchez, un gran ciclista, por no hablar de los Gasol, las hermanas Williams, o Payton y Eli Manning que con complexiones y habilidades diferentes han liderado sus respectivos deportes restando importancia a uns supuesta herencia genética que pudiera justificar un excelente rendimiento atlético. ¿Casualidad?, ¿Genes? Me parece que no o, al menos, no solamente. El único punto en común en todos estos casos son las influencias que han recibido desde niños y ahí entran los padres.

Si eres padre y quieres ayudar a tu hijo a cumplir su sueño deportivo (no el tuyo), te sugiero algunos consejos.

1.- Diversión. Los niños quieren divertirse y no demostrar nada a nadie y, en caso de ser así, es por miedo a decepcionar al padre. La principal causa de abandono de los deportes es por falta de diversión, algo que provoca el exceso de presión.

2.- Aprender pronto valores como compañerismo, integridad, y dedicación. En ese aspecto me parece genial cuando en competiciones de golf un niño comete una falta que nadie ha visto y él mismo avisa al árbitro. Os puedo asegurar que me saltan las lágrimas cada vez que he visto que un niño prefiere la honestidad a ganar un campeonato. Siento la certeza de que a ese niño, jugando a golf a nivel profesional, otro deporte, o cualquier actividad profesional que desempeñe en su vida, la vida le aguarda grandes cosas. Un ejemplo claro sería Andrés Iniesta cuando dice que su comportamiento no tiene ningún mérito ya que tan solo obedece a lo que le han enseñado en casa.

3.- Los niños no son adultos. Muchas veces creemos que, debido a una temprana madurez física que le aporta al niño suficiente altura y desarrollo muscular, estamos hablando con un adulto cuando sigue siendo un niño. Aunque pueda incluso aparentar madurez intelectual es perfectamente posible que todo sea una papel que desempeña porque así es como el padre quiere que se comporte. Debemos tenerlo en cuenta a la hora de establecer los niveles de exigencia a la que les sometemos tanto a nivel intelectual como atlético.

4.- Una gran cantidad de instrucciones puede llegar a bloquear al niño. Muchos entrenadores, en la búsqueda por entrenar a niños como si fueran adultos, les aportan una cantidad de información e instrucciones que no son capaces de asimilar. ¿Si les cuesta aprender a dividir cómo quieres que se aprenda una cantidad exagerada de jugadas? Tantas instrucciones, y la presión por no cometer errores que puedan defraudar a padre y entrenador, hace que no se diviertan, lo que nos lleva al primer punto.

5.- El padre como mentor. Aunque los padres prefieran no presionar al hijo para que haga lo que quiera en relación con deporte, tampoco hay que perder la cabeza. Los niños admiran a los padres, quieren ser como ellos, y un buen feedback de vez en cuando no viene mal. En ese sentido resulta determinante que por cada input negativo que reciba el niño de parte de sus progenitores, reciba otro positivo. Seguro que no todo lo que hace el niño está mal y si realmente así lo ves entonces mejor no digas nada. Tu hijo te lo agradecerá el día de mañana.



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