La epidemia de los opioides
¿Es nuevo el aumento del consumo de opioides? Muchos describen los opioides como una droga narcótica camuflada pero altamente adictiva. En el artículo de hoy te contamos todo sobre ella de la mano de JM Mulet.
La epidemia de los opioides, la otra cara del tratamiento para el dolor
¿Es nuevo el aumento del consumo de opioides? Muchos describen los opioides como una droga narcótica camuflada pero altamente adictiva. En el artículo de hoy te contamos todo sobre ella de la mano de JM Mulet.
Las sobredosis por consumo de opioides aumentaron durante la COVID-19 y, en consecuencia, el ministerio de sanidad y las comunidades han impuesto un control para los nuevos tratamientos de fentanilo, una fórmula que elimina el dolor de forma instantánea 100 veces más potente que la morfina.
¿Qué son los opioides?
JM Mulet, catedrático de la UPV nos explica la distinción entre opioides y opiáceos. Unos son los que son derivados de la amapola, somnífero natural, de la que se saca el opio, la heroína, la morfina, etc. Otros son moléculas sintéticas cuyo origen no tiene que ver con la amapola, pero tienen un efecto similar, es decir, que actúan sobre los mismos sitios del cerebro.
El sitio del cerebro sobre el que ambos actúan es una zona llamada nucleus accumbens, que es la parte donde está el circuito de recompensa, que nos gratifica cuando gracias a un esfuerzo que hemos hecho, hemos obtenido un buen resultado. Es una parte altamente inhibitoria del dolor.
Para entenderlo mejor, cuando tú haces algo de lo que te sientes muy orgulloso hay un neurotransmisor que activa esta parte, por lo que, si se inyecta una molécula química, esta parte se activa, pero sin necesidad de una acción, es decir, sin esfuerzo ni aprendizaje. Aquí es donde reside el peligro, puesto que al recibir una gratificación tan grande sin apenas esfuerzo, comienza a “aflorar” la capacidad de adicción a este tipo de sustancias.
La epidemia de opioides y opiáceos no es nada nuevo. Históricamente, podemos remontamos a las Guerras del Opio entre China y EEUU en las que ya se dieron cuenta del poder de estas sustancias. Un poco más adelante comenzó a tener un uso médico, puesto que se descubrió que calmaba el dolor de una forma sorprendente, llegándose a emplear en anestesias, tanto generales como locales.
Ambas, opiáceos y opioides, son altamente útiles en lo que respecta al tratamiento de dolores puntuales, puesto que se proporciona una dosis que difícilmente causará adicción. El verdadero problema surge en el tratamiento de dolores crónicos o cuando se toman sin que exista ningún tipo de dolor, ya que son dos situaciones que pueden causar adicción con mayor facilidad.
Situación actual en España
En cuanto a España, en los años 70 y 80 muchos recordamos que comenzaron a popularizarse los quinquis, que eran personas adictas al opio, normalmente de un status social bajo. Mientras que hoy en día, el perfil de persona adicta en España es una persona con una renta media, incluso media alta, que asiste al médico por un dolor o molestia, este le receta calmantes, los toma durante un tiempo y cuando menos se lo espera se da cuenta de que ha pasado a ser una adicción. El informe anual de 2019 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes destaca que España es el cuarto país con mayor consumo de fentanilo de la OCDE por detrás de EEUU, Alemania y Reino Unido.
Consumo de opiáceos global
En el resto del mundo la situación, por desgracia, no es tan diferente:
El incremento del uso de los llamados opioides mayores, que excluye las fórmulas menos potentes como el tramadol y la codeína, ha sido del 52% en los últimos 7 años.
EEUU es uno de los países con una de las cifras más preocupantes en cuanto a personas adictas a los opiáceos y opioides. Allí está normalizado recetar tratamientos que contienen estas sustancias sin tener en cuenta los riesgos que estas conllevan e incluso está permitido emitir anuncios por televisión de fármacos con este tipo de componentes, no hay tanta regulación como en España.
Para hacernos una idea de la gravedad de la situación en EEUU, hemos encontrado datos que revelan que, según el centro nacional de estadística de salud se estima que más de 100.000 personas murieron por sobredosis entre abril de 2020 y abril de 2021.
¿Se puede prevenir la adicción a los opioides?
Para finalizar, Quique Lencina comenta que varios investigadores de la Universidad de Siracusa y la Universidad Medica Suny Upstate están desarrollando un sensor de reloj inteligente podría ayudar a prevenir la recaída a la sobredosis y la dependencia de los opioides. Aun así, queda un largo camino, pues no es tarea sencilla detectar cuándo algo nos está creando una adicción y todavía menos si es en forma de tratamiento médico.
Lo más recomendable, por lo tanto, será tratar de informarnos a conciencia de los medicamentos que nos recetan y cómo pueden afectar a nuestro cuerpo. Aunque esto no debe implicar desconfiar de los médicos que tratan de ayudarnos, simplemente de no tomar cualquier medicamento o tratamiento a la ligera.
Fuente del contenido:
Sara Tabares,Directora Deportiva y entrenadora personal de Performa. (Graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (Col. COLEFCV nº 62.850), Licenciada en Periodismo y Doctorando en Ciencias de la Salud)
JM. Mulet, Investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigacioes Científicas (CSIC), ha sido galardonado con el premio Tesla de Divulgación Científica 2015
Guillermo Alvarado Director General y Entrenador Personal de Peforma (Titulado por la National Academy of Sports Medicine (NASM) de EEUU, y postgrados en Fisiología del ejercicio, y Nutrición y ayudas ergogénicas)