EL PAÍS
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LAS CLAVES PARA ENTRENAR EN LA MENOPAUSIA
Los ejercicios de fuerza mejoran la densidad mineral ósea y reducen la frecuencia de los sofocos
¿Quiere que pasen los años y hacer con su cuerpo lo que le dé la gana? Hay dos hitos que nos marcan: la llegada de la regla y su desaparición. Los beneficios de la actividad física están avalados por la ciencia, también en la menopausia. No obstante, debido a la desinformación existente sobre el ejercicio en este periodo, la programación del entrenamiento a menudo se aborda como un reto para mantener “la misma talla” para el resto de nuestra vida. Este enfoque resultadista e irreal puede conducirnos a la frustración y al abandono.
No hay dos mujeres iguales, tampoco dos menopausias. Pero el objetivo para todas debería ser la salud, y no intentar caber en los pantalones de cuando teníamos 20 años. El ejercicio es independencia, autonomía, libertad. Estamos ante la vacuna que nos protege de muchas enfermedades y, además, permite que pase el tiempo y podamos hacer lo que queramos sin que nuestro cuerpo sea un factor limitante.
Las mancuernas, los pesos libres, las barras, los kettlebells (pesas rusas) son nuestros aliados, una fuente de salud. Dejemos a un lado, por favor, las pesas de colores diminutas, esas que tienen poco peso y nos permiten realizar series de infinitas repeticiones. La fuerza es la capacidad de vencer una resistencia (como nuestro propio peso corporal) en un tiempo determinado. Estamos ante la madre de las capacidades físicas básicas, la necesitamos para nuestro día a día: subir una escalera, correr tras un autobús, cargar las bolsas de la compra, levantarnos de una silla.